Varia de una empresa a otra, pero las genéricas, por nombrar algunas, son:
Motivación – Que el postulante sienta algún tipo de interés positivo dentro de este puesto o de la empresa.
Capacidad de adaptación a la filosofía de la empresa – Que el postulante tenga claro cuál es el insight de la empresa y logre formar parte de ésta.
Orientación al cliente – Que el postulante sea capaz de orientar, tratar y comunicarse con el cliente de manera asertiva.
Empatía – Que el postulante tenga la capacidad de “ponerse en los zapatos del otro” (jefes, compañeros, clientes).
Flexibilidad para los cambios – Que el postulante esté dispuesto a asumir retos y no aferrarse a su zona de confort.
Trabajo en equipo Iniciativa – Que el postulante sea capaz de trabajar en equipo, con sus compañeros, personas que son iguales, similares o distantes a él.
Capacidad de decisión – Que el postulante sea capaz de tomar acción y asumir responsabilidad sensata cuando éstas sean necesarias.
Control de las emociones – Que el postulante mantenga siempre una conducta asertiva y racional en lugar de una agresiva, pesimista, etc.…
Capacidad de negociación – Que el postulante logre comunicarse y negociar con los clientes de manera justa en la que ni el cliente ni la empresa salgan perjudicados.
Dentro de este tipo de entrevistas, el reclutador se encarga de situar al postulante en experiencias laborales vividas. Es decir, situaciones que podrían ser cotidianas en su sector laboral, que alguna vez haya experimentado en un puesto de su pasado, al igual que aquellas que podría experimentar a futuro si obtuviese dicho puesto en cuestión.
Los tipos de preguntas que se suelen hacer dentro de este contexto son de tipo respuesta abierta, lo que quiere decir que conlleva a una explicación detallada y precisa que obligará al postulante a desenvolverse y explicar cómo reaccionaría, solucionaría, enfrentaría o trataría dicha situación.
Lo mejor será contestar siempre de manera sensata, honesta y con ganas siempre de mejorar. En caso de haber cometido algún error en el pasado, demostrar que en el presente las cosas serían distintas y comentar el aprendizaje obtenido. Mientras que lo menos recomendable es responder de manera cortante, ya que eso indicaría que no tiene intención de explayarse o estar evadiendo la respuesta.

